Una de mis
lecturas me contó que los antiguos
guerreros no
pensaban, simplemente iban a su destino y actuaban.
A este no
pensar lo definían como pensamiento agua.
Para llegar a ello, se debía entrenar y reconducir el llamado pensamiento maya, una mera
ilusión, algo innecesario.
Trasladando esta reflexión a nuestra caótica guerra diaria,
yo diría que también en esta época
deberíamos liberarnos de todo aquello que estorba en nuestra mente. Centrarnos
en lo que realmente importa, sin pararnos a librar batallas perdidas y sin
sentido que nos alejan de nuestros sueños y metas.
Totalmente de acuerdo, querida Sonia. Felicidades por tu universo literario.
ResponderEliminarUn abrazo. Mary
como siempre, muy bueno Sonia
ResponderEliminar