En un artículo leído, vi como el
neuropsicólogo y psicoterapeuta Álvaro Bilbao, nos ofrece formas de afrontar la
vida y sus problemas con fortaleza
interior y buena predisposición.
Bilbao apela al llamado padre de la
psicología positiva, Martin Seligman, que estudió hábitos y estilos de vida de
las personas que se consideran a sí mismas felices.
Para que nuestra vida sea más plena debemos:
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Cambiar el chip:
estar libre de sufrimiento no nos garantiza la felicidad. Muchas personas, pese
a no tener problemas, se sienten frustradas.
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Cambiar los conceptos: La felicidad es frágil y superficial. El bienestar es más profundo y
duradero.
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Recorrer el camino: tener siempre en cuenta que para aumentar la felicidad lo importante no
es el resultado sino el proceso. La felicidad es el camino.
Para llegar
a estos objetivos se nos proponen siete hábitos para conseguir ese bienestar
emocional, esa felicidad duradera.
1. Concedernos algún capricho: Debemos saber ponernos, de vez en
cuando, en el primer lugar de nuestras prioridades. Merecemos tratarnos bien,
cuidarnos.
2. Dar sentido a nuestra vida: Disfrutar de los que nos rodean.
Realizar un trabajo o actividad que nos haga sentir que contribuimos en la
sociedad.
3. Asumir responsabilidades: Estas nos ayudan a estar centrados, a
tener un sentido de misión. No debemos eludirlas. Plantearnos metas que exijan
una tarea.
4. Sentirnos agradecidos: Esta sensación aumenta nuestra
satisfacción. Ayuda a tener una existencia plena.
5. Mirar en positivo: Contemplar el futuro con optimismo
evitando pensamientos negativos. Escribir un diario con metas semanales. Mirar
las dificultades cono problemas con solución.
6. Cultivar relaciones
satisfactorias:
Rodeándonos y apreciando a la gente importante que está en nuestra vida.
7. Realizar actividades que
nos hagan fluir:
Reservando tiempo para nuestras aficiones.
Tengamos
presente que el bienestar emocional se consigue con buenos hábitos, decisiones
y lazos sociales, así como con una gran capacidad de superación.