viernes, 20 de febrero de 2015

Cada uno tiene su propia realidad. No siempre todo es como queremos


Muchas veces esperamos cosas de los demás.

 Creemos que todo aquello que ansiamos debe de otorgársenos, debemos ser poseedores de aquello que deseamos, dueños del sentimiento y  tiempo de los demás.

Durante mucho tiempo, esclava de los años adolescentes y de los fantasmas  de la inseguridad, me sentí con derecho de robar tiempo y cariño a los demás. Me sentaba entusiasmada a esperar aquello que viniera a sacarme de la rutina. Imaginaba que todos mis objetivos y sueños podrían realizarse yendo de la mano  de los demás.

Con el paso de los años y la madurez he aprendido que todos y cada uno tenemos miles de historias en nuestras vidas que nos impiden regalar tiempo a aquellos a los que queremos.

He entendido que cada uno tiene su propia realidad y meta, y debe saber vivirla como tal. Solo, como el niño que temeroso da sus primeros pasos sabiendo que los demás lo siguen de cerca.


Y aunque a veces no todo es como queremos, debemos aceptar los 
retos propuestos, tratar de adaptar nuestro día a día  a ellos y superarlos.



Albert Einstein dijo una vez: 

Si quieres vivir una vida feliz átala a una meta, no a una persona u objeto”