Muchas veces
todo aquel que me conoce me felicita por como día a día trato de superarme y
adaptarme a este mundo que gira de una manera frenética e imparable me sorprende. En ese
momento intento de encontrar cual es mi
diferencia para con los demás… todos tenemos mermas, grandes o pequeñas, ínfimas
o, como en mi caso, notables.
Todos en
nuestro interior tenemos una fuerza que nos mueve de una manera constante hacia
nuestras metas, objetivos y sueños.
Todos ansiamos
mejorar.
El espíritu de
lucha y la superación deben ser normas diarias de aquel que abre sus ventanas
de par en par a la vida.
No hablo de
querer tener y ser más, mejor, que otros sino de ser diferente de lo que uno
mismo fue ayer, de corregir errores, cambiar acciones e ideas para así lograr todo aquello que se ansíe encontrar
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