domingo, 18 de mayo de 2014

¿De quién depende nuestra felicidad?

Cada persona es un mundo lleno de peculiaridades, particularidades que lo hacen ser único y distinto a los demás.

¿Qué más da ser alto, bajo, gordo, tener otra raza, cultura o una discapacidad?

Todo ser humano debe ser feliz. Debe buscar su propia felicidad

A mis 37 años, una discapacidad grosera, burlona y una soledad como fiel compañera tomo conciencia de que yo, solo yo, soy la   única  responsable de mi felicidad. Nadie, nadie más puede hacerlo por mi.

Podemos patalear, gritar a pleno pulmón, a los cuatro vientos, a los cuatro puntos cardinales, mendigar por el mundo  tratando de conseguir que alguien nos regale un poco de felicidad. Pero lo cierto es que la felicidad de cada uno no está en la mano del otro, sino dentro de uno mismo.
Puede, que para una persona como yo, la cual está llena de multitud de inseguridades y  miedos haya, al menos en este momento, sentimientos y sensaciones lejanas en el tiempo. Con el paso del tiempo he descubierto que nada, nada es imposible o como decía mi abuela “para todos hay pitos en esta feria”.

La búsqueda de la felicidad no está en deseos lejanos que jamás se cumplirán sino en cosas muy sencillas y pequeñas que se hayan en lo mas simple y cotidiano. La familia, la fe de cada uno, el quehacer cotidiano pueden ser perfectos caminos hacia ese estado tranquilo, prospero y  estable.

Si es cierto que puede que debamos trabajar y “currarnos” llegar a ese estado de bienestar, incluso y, por qué no arriesgar un poco

Una vez leí una cita que decía que todo sueño o meta entraña un esfuerzo o riesgo ¿no es acaso la felicidad una meta o sueño?


Fuente: La inutilidad del sufrimiento. Mª Jesus Alava Reyes

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